martes, 27 de abril de 2010

D.E.P Prensa Escrita

Según el periodista, Philip Meyer, autor de The Vanishing Newspaper, el año 2043 será el último año de la prensa escrita. Prestigiosos periódicos como The Economist o The Wall Street Journal ya pronosticaron la misma "tragedia". Se apunta a que su principal asesino será Internet.

El número de ciudadanos que prefiere informarse en Internet continúa multiplicándose. Según los últimos estudios, la gente quiere que el periódico les diga «qué hacer para enriquecerse y, por la tarde, dónde ir al cine». La política internacional, los grandes debates y otros asuntos considerados de gran importancia podrían interesar poco.

En los últimos años los lectores de entre 15 y 24 años dedican un 30% menos a los periódicos tradicionales desde el momento en que acceden a internet. Las ventas de los diarios tradicionales siguen bajando.

Según la Asociación de Prensa de EEUU, el número de periodistas con contrato ha bajado un 18% desde 1990. Knight Ridder, empresa que controlaba algunos de los más importantes diarios estadounidenses, vendió todas sus cabeceras el pasado año.

El lector de diarios impresos goza de mucho más prestigio: garantiza una lectura atenta del producto, no un salto hiperventilado a velocidad de crucero: por eso su cotización es entre 10 y 50 veces más alta que la del internauta a la hora de pagar.

A criterio de “The Economist”, los medios impresos ya están en vías de extinción y su fin es cuestión de tiempo, algo que cuestiona “The Washington Post”, para el que el proceso no será tan acelerado como pronostica Philip Meyer , quien fija en 2043 el final de la prensa de papel.

No entiendo como no nos da pena, que esta práctica tan antigua y singular pueda caer en el olvido. Leer un periódico antes era una costumbre cultural que incluso unía a personas diferentes.


¿Se nos ha olvidado la sensación que nos daba al coger un periódico y con tranquilidad lo leiamos y releiamos una y otra vez.
 
Es cierto que las ediciones online tienen sus ventajas.
Una de las primeras características de los diarios digitales es que ofrecen una información a escala mundial,pueden ser leidos en cualquier parte del mundo, a través de una simple conexión a Internet.

Pueden responder a las demandas de información especifícas de cada usuario en particular: causa de una desmasificación de la comunicación, un modelo de comunicación personalizado.

Se da una mayor importacia al contenido de la información. Trata de generar servicios multiplataforma en vez de soportes a los que una persona puede acceder desde distintos lugares.

Los servicios de información online permiten la integración de todos los formatos de información en un mismo soporte (texto, audio, video, gráficos, fotografías, animaciones...)

La Red hace posible el seguimiento al minuto de la actualidad informativa, se produce el "directo permanente", la información a tiempo real.

No hay límites a la cantidad de medios que pueden existir, ni tampoco hay límites sobre el volumen de información.

No requieren de grandes inversiones en infraestructuras, ni permisos, ni licencias, no tiene costes de distribución...

Es posible la interactividad. Los proveedores de contenidos y los usuarios tienen unos roles perfectamente intercambiables.

Pero no todo son ventajas para los diarios digitales. Puede suceder que esa obsesión por la inmediatez de estos diarios les haga no tener en cuenta la verificación y contraste de fuentes, controlar sus informaciones.

El hipertexto, la nueva frontera tecnológica de la escritura, exige nuevas destrezas comunicativas y un mayor esfuerzo de lectura, ya que desaparece el paradigma lineal.
 Incluso a veces desaparece la coherencia y el sentido de los textos.
Es necesario aprender a navegar por la información.
Otra desventaja es que tampoco existen conexiones de Internet en cada parte del mundo (cobertura)

Por su parte, una de las ventajas de los diarios escritos es su comodidad en la lectura. Puedes ir leyendo en el tren mientras vas a la universidad, mientras comes en el restaurante de al lado del trabajo o incluso sentado en el parque tomando el sol.
 
Incluso personajes célebres como Mafalda leían periódicos.
 

¿Cómo vamos nosotros a abandonar una práctica tan especial como ésta?

 

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